Las aportaciones de la jardinería y el paisajismo a la mejora del medio ambiente urbano y periurbano son indiscutibles y muy diversas. La riqueza de flora y fauna con toda su biodiversidad puede reintroducirse en espacios antrópicos mediante la intervención de la jardinería y la restauración paisajística.
Los espacios verdes inciden directamente en la calidad ambiental de las poblaciones y, consecuentemente, en la calidad de vida de sus habitantes, dando una respuesta a las necesidades humanas sanitarias (fisiológicas, acústicas, térmicas, ópticas,higiénicas, de calidad del aire) y psicológicas (belleza, contacto con la naturaleza, ocio, variedad del medio, intimidad, relaciones sociales).
La responsabilidad global con el medio ambiente tiene como consecuencia directa, también, en la jardinería y el paisajismo, la introducción de un nuevo condicionante: el impacto ambiental, o, lo que es lo mismo, cómo afectan sus actividades, productos y servicios al medio ambiente. Este hecho nos permite añadir el calificativo «buenas» al término «prácticas», interpretando el adjetivo en el sentido de que son aquellas que, con los instrumentos de que disponemos, suponen el menor impacto sobre el medio ambiente.
Las buenas prácticas ambientales (BPA) son el conjunto de hábitos personales y colectivos que hacen que la actuación de cada una de las personas que conforman una organización permita realizar una gestión ambiental correcta, que minimice el impacto ambiental de la actividad empresarial. Hábitos que nos acercan al principio de sostenibilidad global y, como consecuencia, a una sostenibilidad desde la escala individual de la organización de los espacios verdes.
En definitiva, el principal objetivo de las BPA es mejorar el comportamiento ambiental de una organización de espacios verdes partiendo de un compromiso personal de quienes realizan las diferentes actividades.Un objetivo consecuencia del anterior es que una mejora del comportamiento de la organización de espacios verdes la perciben en el territorio los vecinos, y el esfuerzo realizado en la ejecución del programa de BPA demuestra un cierto grado de compromiso que tendrá su peso específico frente a las autoridades.
Las BPA no son acciones que deben llevarse a cabo exclusivamente en el ámbito empresarial. También se pueden encontrar ejemplos en el ámbito doméstico. Por
ejemplo, tirar los restos vegetales de la siega y la poda en los contenedores de rechazo y no hacerlo en los de orgánica es una mala práctica que provoca la pérdida de una materia orgánica muy escasa en la mayoría de los suelos.
En resumen, la aplicación de un programa de BPA significa una actitud preventiva y responsable con el medio ambiente de la organización de espacios verdes.
Para más información consulta la NTJ 15J Buenas prácticas ambientales de la jardinería y el paisajismo.
También puedes consulta:
- Metas de los ODS pertinentes vinculados con el medio ambiente y los empleos verdes. Organización Internacional del Trabajo.
- 5 de junio, día Mundial del Medio Ambiente dedicado, este año 2020, a la Biodiversidad. Fundació de la Jardineria i el Paisatge.
- La pandemia del coronavirus hace más necesario que nunca actuar en favor del desarrollo sostenible. Noticias ONU.